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martes, 10 de agosto de 2010

EL SCALEXTRIC

Nací y me crié en un barrio periférico de Madrid . Allí es donde hacíamos toda nuestra vida. Yo iba al colegio del barrio, mi madre hacía la compra mercado del barrio, allí estaba el gimnasio del "centro sindical", la consulta del médico dos calles más abajo.
En los calurosos atardeceres de verano íbamos la familia a cenar al parque de San Isidro. La tartera con filetes empanados, la tortilla...
Desde las alturas del parque se tenía una perspectiva privilegiada de Madrid. En primer plano la cúpula de la Basílica de San Francisco el Grande, más a la izquierda la Catedral de la Almudena, por aquellos años en tediosa construcción. El Palacio de Oriente...
De entre todas las luces de la ciudad destacaba la, para el chiquillo de cinco o seis años que tenía yo, fantasmagórica silueta del edificio de la telefónica con su reloj de luces rojas.

Era el Madrid de entonces.


Cuando íbamos a visitar a los familiares que vivían por el centro, montábamos en el seiscientos de mi padre y esperaba a que el trayecto pasara por "el scalextric" de Atocha.



Era el scalextric un conjunto de pasos elevados en la glorieta de Atocha que conectaban
la ronda de Atocha, el Paseo del Prado, el paseo de las Delicias, Santa María de la Cabeza y el paseo de la Infanta Isabel.




Fue construido en el año 1968, siendo alcalde de Madrid, D. Carlos Arias Navarro, para dar solución al congestionado tráfico rodado de la zona.


Con Tierno Galván como alcalde, se procedió a su demolición en 1985, alegando motivos estéticos del entorno y medioambientales, aunque cabe la sospecha de que también le moviera el querer borrar un símbolo del régimen anterior.

Sea como fuere, yo lo recuerdo como escaparate de la modernidad que tibiamente empezaba a impregnar el Madrid a principios de los 70, dinamismo, logro arquitectónico... y un paseo divertido por las alturas.

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